A pesar de que no tienen el aura mítica que hace que los maratones sean únicos, las medias maratones también me encantan, porque tienen el nivel perfecto de dureza. En efecto, ni son tan livianas como las carreras más cortas, ni te dejan tan machacado como las pruebas de mayor distancia.

Lo cierto es que, para disputar con garantías pruebas de 21 kilómetros, no hay que afinar tanto los detalles, como para afrontar las de 42, pero tampoco se les puede hacer frente de manera mecánica. En esa ambivalencia es en donde reside el encanto de las medias maratones, ya que a la hora de participar en ellas no es necesario comerse el coco, ni se depende tanto de factores que a duras penas se controlan. No obstante, sí exigen un esfuerzo considerable, que evitan que sean carreras triviales. Por esto, son perfectas para disfrutar de la competitividad, porque en ellas se puede desarrollar una cierta táctica, pero, incluso echando toda la carne en el asador, no suponen un esfuerzo tan mayúsculo como un maratón.

En definitiva, mi objetivo es correr 102 medias maratones. Con esta prueba sí me resulta factible alcanzar las 100 participaciones, pero me gustaría superar el número redondo y dejar la cifra en 102 (el 101 remite demasiado a los 101 Kilómetros en 24 Horas de Ronda).

Histórico de Participaciones

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