Las ultramaratones tienen para mí una cosa buena y otra mala. La mala es que me dejan muy cascado y exigen un periodo posterior de regeneración física y psicológica que siempre se me hace un poco cuesta arriba. Por contra, la buena es que son experiencias que no tienen parangón. Correr una ultramaratón depara sensaciones que no se consiguen en ninguna otra carrera.

En consecuencia, establecí un mínimo de ultramaratones que me gustaría correr, pero no quise que el número fuera demasiado alto y se convirtiera en un problema. 20 ultramaratones me pareció una cifra realmente difícil de conseguir para mí, pero no inalcanzable, por lo que 20+1 (por evitar, una vez más, los números redondos) acabó siendo la cifra que tengo que alcanzar para superar este reto.

He considerado como ultramaratón todas las carreras que tienen más de 42.195 metros, con independencia de la distancia que alcancen y de la superficie por la que se disputen.

Histórico de Participaciones

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